El profesor de instituto que cambió de vida
Tras estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte acabé trabajando, casi sin querer, como profesor en un instituto. Si te soy sincero, era un trabajo que nunca deseé. Por eso, a la vez que daba clases de educación física, me dedicaba al entrenamiento deportivo de ciclistas y la dirección deportiva.
Tras varios años, pasé de ser interino a tener un puesto más estable en el instituto donde daba clase.
En ese momento me acojoné. Así de claro.
Me vi toda la vida aguantando adolescentes y enseguida tuve claro que no quería pasar por eso.
Entonces decidí dar el paso profesional más complicado de mi vida: dejar la enseñanza. Por fin había entendido que todo lo que uno haga en esta vida debe hacerlo con pasión. Porque es así como todo cobra sentido de verdad.
Este cambio tan profundo me costó una larga depresión. Cuando te decía que el camino no había sido fácil no estaba exagerando, ya lo ves.
Fue un año complicado, pero gracias al apoyo emocional de mis padres salí adelante y tuve la oportunidad de aterrizar en el mundo del fitness.
Allá por el 2003, fundé en solitario el Centro Deportivo Formas. Quise montar un negocio que vinculara mi pasión por el entrenamiento deportivo de ciclistas con la salud y el bienestar de las personas.
Sin embargo, pronto empecé a sentir que todo lo que había soñado se desmoronaba.
El gimnasio no funcionaba.
Fueron 4 largos años de agonía y de rentabilidad negativa.
Durante esos años lo probé todo. Gracias a eso aprendí cuáles son las estrategias que realmente funcionan y qué errores ponen en peligro la gestión de un gimnasio.
El gran impulso
Mis resultados empezaron a cambiar cuando entendí que un gimnasio no puede vivir solo de la parte técnica.
Debe aplicar lo que a día de hoy transmito a muchos gerentes: gestión, marketing y ventas.
El gran salto en mi gimnasio se produjo cuando contraté a la empresa alemana Greinwalder Marketing Services para implementar su sistema Slim Belly.
Por fin mi gimnasio empezó a funcionar.
Esto coincidió con el nacimiento de mi hijo Mario. Por eso siempre digo que vino al mundo con un pan debajo del brazo.
Además, en 2009 empecé a trabajar con Greinwalder como asesor de marketing. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que había muchos gimnasios viviendo la misma situación que yo viví pocos años antes.
Este aprendizaje hizo que muchos gerentes de centros deportivos acudiesen a mí para hacer que su negocio fuese sostenible. En 2011 empecé a enseñar mis métodos a otros gimnasios y a desarrollar mi trabajo como consultor.
Esta labor me ha llevado a ampliar mis conocimientos sobre cómo gestionar el cambio a través del coaching, certificándome en el 2015.
En el 2016 asumo la dirección comercial a nivel nacional de WIEMSPRO, pero pronto me doy cuenta que me estaba alejando mi trayectoria como asesor y es por lo que decido abandonar este proyecto a finales del 2017.
Un cambio importante
Es a partir de ahí, cuando tengo más claro aún que mi pasión es la de ayudar a otros gerentes de gimnasios como yo y fundo en julio del 2018 www.marketingparagimnasios.com , una agencia de marketing digital que tiene como misión ayudar a los gimnasios a captar y fidelizar clientes utilizando estrategias de inbound marketing.